De forma general, podemos decir que en esta última década los fabricantes de maquinaria forestal no nos han sorprendido con muchas novedades. Si damos un breve repaso a la historia de la mecanización forestal en nuestro país, veremos que las primeras motosierras comienzan a emplearse a mediados del siglo pasado; en la década de los sesenta llegan a nuestras explotaciones los primeros skidders; en la de los setenta los primeros autocargadores y, las procesadoras, tal como hoy las concebimos, no se generalizaría su uso hasta finales del siglo XX. Las retroarañas, hoy tan habituales en la preparación del terreno para forestaciones en ladera, no lo harían hasta principios del siglo actual. Si además consideramos las repercusiones de la crisis económica en la que aún estamos inmersos, que han conllevado una acusada merma en inversiones en el sector forestal español, no es de extrañar que los fabricantes se hayan centrado en los últimos años en el perfeccionamiento y mejora de los tipos de máquinas a las que nos hemos referido, más que a la invención y desarrollo de nuevos tipos.